¿Qué es un director de arte?

Oct 15, 2019 por Lucía Colombo

¿Incremento de estos perfiles?

No sé si a todxs les sucede lo mismo, pero en el último tiempo he notado un importante crecimiento en la población de -autodenominados- Directores de Arte que habitan en la red. Este fenómeno me ha hecho cuestionar, ¿quién merece ser llamado Director de Arte?, o si vamos al fondo del asunto, ¿qué es la Dirección de Arte en la actualidad?

Director de arte

¿Qué es un director de arte?

Parto de una base: el Director de Arte concibe los aspectos visuales de una obra o proyecto. Pero, según quien lo invoque, sus habilidades y tareas son variables. Para algunos es el encargado de supervisar y recolectar el decorado de una producción audiovisual, para otros es un creativo cuyos horizontes visuales no tienen límites, y para muchos es un usuario que sube fotos bien encuadradas a Instagram. Ninguna de las tres definiciones es errada, pero tampoco del todo cierta. En definitiva, el Director de Arte es un perfil multidisciplinar que dirige toda la parte creativa de un proyecto y linda en los límites con un amplio rango de disciplinas creativas.

El nacimiento y desarrollo del Director de Arte

Generalmente la dirección de arte está asociada al séptimo arte. Y esto tiene todo el sentido ya que su concepción primigenia fue en este campo. El primer afortunado en ser bautizado Director de Arte fue Wilfred Buckland, merecedor de este título por sus proezas escenográficas.

Su talento se reflejó en más de 50 títulos, sea experimentando con claroscuros para sumarle carácter a clásicos como The Cheat (1915), o construyendo con destreza arquitectónica desde sets en miniatura hasta uno de los más grandes en la historia de Hollywood. Se trató del castillo para Robin Hood (1922), de Douglas Fairbank, que convocó a más de 500 trabajadores durante 3 meses de construcción.

The Cheat (1915), de Cecil B. DeMille
The Cheat (1915), de Cecil B. DeMille

Pero mientras Buckland conquistaba Hollywood, en el sector editorial también se engrandecía la figura del Director de Arte, quien supo demostrar su valía dentro de las revistas que marcaron tendencia a principios del siglo XX.

Personajes como Alexey Brodovitch en Harper’s Bazaar o Alexander Liberman en Vogue Estados Unidos, afianzaron a la Dirección de Arte como oficio y a las revistas como referentes de diseño y estética.

Su labor consistía en supervisar desde la maquetación y tipografía hasta la selección de los colaboradores que iban a construir el espíritu visual del número; un trabajo mano a mano con el editor de la publicación.

Alexander Liberman en Vogue
Alexander Liberman en Vogue

Cabe señalar que las revistas tuvieron esta era dorada gracias a las mejoras en la reproducibilidad de imágenes, manifiestas en los años 20. A su vez, esta expansión de la industria editorial preparó el terreno para un avasallante desarrollo publicitario orientado a lo visual, y fue en este sector que el Director de Arte se vio inmediatamente legitimado.

Tras ser emparejado con el copy, este dúo representa, desde ese entonces, la partícula indivisible que emana la creatividad de cada agencia. En los inicios de esta dupla, el proceso publicitario iniciaba con ambas partes moldeando y postulando la idea, pero, en general, el Director de Arte estaba presente sólo en las fases de concreción; es decir, cuando se ejecutaba el anuncio era el momento en que ganaba más protagonismo. No podemos decir lo mismo hoy por hoy.

Pero antes de volver al presente, voy a remarcar dos conclusiones de este brevísimo recorrido histórico. Primero, estamos hablando de una disciplina centenaria que, por tanto, se ha debido adaptar a épocas extremadamente cambiantes.

Segundo, el rol del director de arte, originalmente, mutaba según el campo en que desarrollaba su tarea. Un siglo más tarde, la evolución de la esfera creativa, impulsada por los avances tecnológicos, potenciaron la figura de este profesional para otorgarle un alcance más multidisciplinario y, a su vez, autónomo.

¿Cuáles son las funciones de un director de arte?

Fenómenos como la convergencia mediática y las narrativas transmedia propician la emergencia de un director de arte integral, que pueda controlar diversos lenguajes expresivos y cuya única definición inamovible es dirigir la estrategia estética, no importa el campo desde el que trabaje.

Una publicación gráfica puede presentar videos para sus redes; una campaña publicitaria puede requerir desde cartelería hasta una pop-up store; o una película puede crear una experiencia personalizada para los asistentes de su evento de lanzamiento. Detrás de cada una de estas manifestaciones expresivas debe haber un director de arte capaz de generar un plan de acción visual que contenga y oriente la ejecución.

En esta línea, el Director de Arte contemporáneo debe ser una figura ecléctica que pueda adaptarse a diversos rubros y sectores. Debe entender los aspectos básicos de cada especialidad creativa, desde sus recursos expresivos hasta costes de producción y, en especial, saber detectar tendencias en cada campo.

Alexey Brodovitch en Harper’s Bazaar
Alexey Brodovitch en Harper’s Bazaar

Esto no significa que para un proyecto el Director de Arte sea fotógrafo, ilustrador, compositor y estilista. Por el contrario, su rol central es el planeamiento, momento en que combina todos sus conocimientos visuales y técnicos para articular una estrategia artística.

También debe saber reconocer a los profesionales alineados con sus aspiraciones estéticas para luego conducirlos mientras desempeñan las funciones expresivas. En definitiva, el Director de Arte debe dirigir.

Y no sólo a otros especialistas, sino también debe dirigir la atención de la audiencia por medio de las imágenes, captando y guiando la mirada hacia los puntos claves del mensaje. Finalmente, el objetivo de la función de la Dirección de Arte es narrar a través de lo visual, contar una historia con la estética y saber desenvolverse con las formas.

Pero no cualquier historia es buena. El relato visual compuesto por un verdadero director de arte está impregnado de significado, y cada elemento que lo constituye aporta sentido en base a una idea o concepto fundacional. Dicho de forma más clara, una buena idea sin una buena producción es invisible, pero una buena producción sin una buena idea es trivial.

Volviendo a la pregunta inicial sobre qué es un Director de Arte, es aquel que puede seleccionar y coordinar especialistas; descifrar los intereses y gustos del público; y generar una propuesta estética que articule una idea potente, el objetivo del mensaje y, en especial, sus propios conocimientos estéticos, los cuales debe nutrir constantemente con referentes del pasado y el presente. Entonces, no, no alcanza con fotos muy bien curadas en un feed de Instagram para ser miembro de este club; pero es un buen comienzo.

En definitiva, el Director de Arte hoy no debe construir el castillo más grande de Hollywood o revolucionar el diseño editorial para ganarse su título; aunque su cometido tiene un nivel de dificultad igualmente elevado: generar irresistibles narrativas visuales para comunicarse con una audiencia que, a pesar de estar saturada de estímulos, capta las ideas a partir de imágenes.

Lucía Colombo

Especialista en narrativas y dirección de arte audiovisual, y codirectora del Máster Online en Dirección de Arte y Creatividad Audiovisual en SHIFTA.

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