1. Concretopia, de Miloje Savic
Concretopia pretende explorar el legado multifacético de la arquitectura socialista en Belgrado y se articula en el diario de una generación que atraviesa el tiempo, el espacio, los paisajes urbanos y toda una experiencia política. El proyecto es el viaje personal de Miloje Savic a través de la utopía concreta, combinando el doble sentido de lo concreto, referido tanto a un material como a una idea, en este caso la utopía del estado socialista de la ex-Yugoslavia revisitada a través de su arquitectura.
El alumno recreó partes de su propia Concretopia, que tuvo lugar en los espacios donde él y sus amigos vivieron, jugaron, se enamoraron y se despidieron. Todo ello, delineando su visión personal a través de la síntesis de la estética de la arquitectura socialista y sus recuerdos.
2. El diablo Sonajero de Riobamba, de José López
En Ecuador se encuentra Riobamba, capital de la provincia de Chimborazo y un icono para el país. Su historia y tradiciones milenarias permitieron, en 2017, declarar a la festividad “Pase del Niño” patrimonio cultural inmaterial. La fe, el amor por la danza, las raíces ancestrales y la creatividad se expresan mediante personajes tradicionales como el Diablo Sonajero, el Curiquingue y el Payasito, entre otros.
El proyecto de José López es una combinación de enfoques, planos, luces y edición fotográfica cuyo objetivo era dar a conocer las festividades de otros países. Para ello, realizó visitas y entrevistas, pero también observó las diferentes etapas necesarias para la fabricación y diseño de las caretas tradicionales, especialmente la del Diablo Sonajero, personaje icónico de esta festividad.
3. Pan, pijo y habas, de Malu Reigal
Pan, pijo y habas es un proyecto que nace de la pertenencia y la historia familiar y se desarrolla en torno a las costumbres sobre los que un grupo de hombres definen su identidad. El trabajo está enmarcado en un contexto periférico en el que la práctica del deporte con palomos de competición tiene el mayor porcentaje de licencias por habitante.
Las fotografías propias de la alumna se apoyan de imágenes de archivo realizadas por los propios aficionados durante más de veinte años, una mirada interna que completa el trabajo y ayuda a comprender las transformaciones y las invariables de su entorno y sus relaciones.