Alquimistas digitales

Jul 07, 2020 por Malena Souto

Desafío a la cultura digital.

Existen ciertas maneras de socializar y de producir imágenes que desafían la cultura digital contemporánea.

Alquimistas digitales

Sustancia Maquinal

Somos testigos de un acontecimiento histórico que nos invita a explorar otros modos de ser y estar en el mundo, de experimentar nuevas formas sociales, vitales y vinculares gracias a los dispositivos tecnológicos que nos acompañan día a día o, mejor dicho, que nos hacen compañía.
En este artículo, me interesa compartir algunas reflexiones en torno a ciertas maneras de socializar y producir imágenes. Estas experiencias vienen a desafiar las lógicas vinculares entre los sujetos que producen e intervienen en la cultura digital contemporánea.

Vientos de la emoción

En los años 80 el filósofo y teórico de medios Vilém Flusser se precipitaba lúcidamente hacia el futuro para imaginar una sociedad puramente informacional: la sociedad digital como la conocemos hoy. Tales pensamientos se materializaron en El universo de las imágenes técnicas. Elogio a la superficialidad.

En sus páginas, el autor profetizaba una sociedad telemática dialogante en la que cada ser estaría conectado con los demás a través de las imágenes técnicas que los programan y se dirigen hacia la profundidad de sus intimidades indistintamente y de la misma forma.

Frente a esa imagen, el filósofo proyecta una salida, una fuga, acciones concretas para generar, junto a la máquina, diálogos creativos en disidencia a la dispersión, la pasividad y, sobre todo, los discursos reiterados y repetitivos.

El autor propone cimentar una sociedad de creadores de imágenes que promuevan un vínculo e intercambio sensible, insistiendo en socavar la magia contenida de estas máquinas. Animar a las máquinas y ser animados por ellas, encontrar en ese tesoro una existencia impensada tanto para el objeto técnico como por la sociedad de alquimistas digitales que se comprometen en traer al mundo una imagen compañera.

Vientos de la emoción es una pieza interactiva del reconocido artista francés Maurice Benayoun. Utilizando grandes cantidades de noticias en tiempo real provenientes de 3200 ciudades del mundo, este trabajo reconfigura la noción de datos mundiales hacia las emociones de las personas en las ciudades traduciendo esta data en una sinfonía audiovisual.

En la pantalla de proyección, las nubes de las emociones del mundo se elevan formando una nebulosa espiral alrededor de la tierra. El planeta se expresa manifestando deseos y sentimientos genuinos como debilidad, felicidad, miedo, seguridad, confianza, temor.

En este gesto tan simple pero contundente el artista cuestiona las formas tradicionales en que la industria financiera se sirvió de la manipulación y cuantificación de datos luego de la revolución del big data. Como reza Benayoun este trabajo:

“Revela cómo la sensibilidad emocional del planeta podría ser el motor del origen de las mutaciones políticas y económicas, o cómo estas mutaciones económicas podrían provocar respuestas emocionales humanas más profundas”.

Benayoun nos ofrenda una perspectiva única sobre un uso potencialmente positivo de la cuantificación de datos con el único fin de comprender el movimiento sensible de nuestra humanidad. La pieza es una evolución de Emotions the Space, una obra en que los visitantes intervienen directamente en esta orquesta galáctica sensible con sus manos.

En la obra de arte interactiva el jugador-visitante-interactor tiene una incidencia estructural en la pieza, no sólo la orienta si no que define el desarrollo de la misma. En los espacios electrónicos interactivos asistimos a la mutación de un observador a un interactor que incide en el locus de la enunciación añadiendo el sentido a lo representado.

Esta obra nos permite comprender las formas en las que la tecnología no sólo opera como medio para comprender el mundo de otra manera si no para construir una participación comunitaria activa y propositiva.

Feel My Metaverse

La interacción colectiva es otro aspecto que puede observarse en Feel My Metaverse, una película e instalación de Keiken + George Jasper Stone construida en CGI y realidad aumentada. Feel My Metaverse plantea un futuro especulativo en el que los humanos viven en “unidades vida” que les permiten escapar a mundos virtuales debido a la crisis climática que ha hecho que la tierra sea inhabitable.

El film juega con la idea de crear un futuro a través de historias articuladas colectivamente utilizando la tecnología como herramienta vinculante. Los protagonistas de la ficción entran en estado constante de aprendizaje y desaprendizaje conociendo distintos espacios, ocupando diferentes cuerpos y reconectándose con sus sentidos.

Como la exposición física se pospuso debido al COVID-19, los artistas decidieron inaugurarla a través de Instagram y un sitio online. Nos detendremos solamente en dos secciones de esta compleja experiencia virtual: Metaverse Inventory y Grow The Metaverse.

Metaverse Inventory

1. Metaverse Inventory

Metaverse Inventory (inventario Metaverse) es una sección más bien lúdica que, entre otros dispositivos de comunicación, exhibe filtros de Instagram que detentan la leyenda “Feel the metaverse” (siente el metaverse).

Al escanear un código QR, el teléfono nos direcciona a las stories de nuestro Instagram para explorar esos filtros y habitar el cuerpo de un personaje sumergido en ese universo hiperficcional o fusionar nuestros rostros con los de un protagonista. La fusión entre lo físico y lo digital se vuelve extremadamente vívida en esta experiencia.

Los artistas exploran las especificidades técnicas de los filtros creando experiencias que sólo son posibles a través de este dispositivo. A medida que acercamos o distanciamos la cámara, dejamos detrás una huella de fantasmas digitales, nuestros rostros se transforman, aparecen objetos que rodean los cuerpos de los protagonistas que también son los nuestros. Según los realizadores:

“Los filtros han sido una excelente manera de crear rápidamente un trabajo interactivo que se puede publicar y compartir con un público mucho más amplio más allá de nuestro contexto normal”.

2. Grow the metaverse

Grow the metaverse es otra sección concebida como un inventario sensible e intelectual comunitario. En ella accedemos a distintos formularios de Google que nos invitan a alimentar colectivamente el universo de la película.

La lógica tradicional del cuestionario o formulario que usualmente transforman las experiencias individuales en datos genéricos, supone una oportunidad para conectar con el deseo de otros y hacer huella de nuestra subjetividad. Los usuarios nos enfrentamos a preguntas como: ¿Qué dejo de servir, a la sociedad y a la tierra? ¿Qué te gustaría volver a aprender? ¿Qué te gustaría “desaprender”? ¿Te imaginas viviendo en un universo virtual? ¿A qué le temes?

Invito a visitar la página para conectar con aquellos desconocidos de todo el globo que en un contexto de aislamiento social exponen sus declaraciones a corazón abierto. El desconocido dejará de serlo en el estricto momento en que empatizamos con una manifestación subjetiva, aún en el disenso. En este apartado, el vínculo y la experiencia personal inciden en el potencial desarrollo de otra pieza artística.

Grow the metaverse

Sociedad de jugadores

Según Vilém Flusser:

“El gesto productor de imágenes no solo se nutre de las visiones que el productor tiene de las circunstancias, sino también de la visión que el productor tiene de las imágenes hechas anteriormente.”

Toda imagen se vincula con una corriente de imágenes preexistentes en la sociedad digital. La imagen se desprende de su tradición y contexto pudiendo crear símbolos nuevos, si bien convive con los establecidos o canónicos. En este sentido, toda imagen puede contribuir a la visión corriente del mundo o alterarla para habitarlo desde otra perspectiva.

El concepto de una “nueva imagen” viene a futurar nuevas experiencias para la revalorización del mundo que vivimos y los vínculos que creamos. Con toda nueva imagen, el mismo universo imaginario es transformado. El compromiso de la sociedad de jugadores busca crear diálogos en vez de discursos unívocos.

En esta sociedad, las imágenes no funcionan como imperativos sino como medios dialogantes: dispositivos creados a través de la mutua colaboración. El desafío es actuar dentro del programa, que comprende tanto las imágenes creadas como los dispositivos que las crean, para repensar su esencia y explorar sus potenciales estéticas y sociales.

Este es el nuevo oficio hacia las imágenes técnicas: experimentar como jugadores, técnicos y alquimistas que pujan los límites del material del mundo digital para otorgarle una existencia impensada. Y de esta manera, construir imágenes para reconectarnos desde la sorpresa con el mundo en que vivimos.

Malena Souto

Curadora en cine, instalaciones y artes electrónicas, y colaboradora de SHIFTA.

Artículos relacionados