“Melilla” un proyecto fotográfico de Rocío Madrid
El proyecto fotográfico de Rocío se inicia en 2020, cuando la rápida propagación del COVID-19 hace que los países cierren sus fronteras para intentar frenar la situación, dejando a cientos de personas atrapadas en países ajenos a sus lugares habituales de residencia. Con su cámara de 35mm, Rocío sale a dar paseos de forma diaria por su ciudad natal y comienza a capturar imágenes que reflejan la realidad que se vive en ese momento.
Un ejemplo de ello, son las diversas fotografías que en las que se ven infinidad de coches que han quedado abandonados en medio de Melilla, ya que sus propietarios no pueden llevarlos al otro lado de la frontera.
Los meses van pasando, el COVID-19 remite y las fronteras se vuelven a abrir. Sin embargo, Rocío no deja de lado su proyecto fotográfico, sino que lo sigue alimentando con nuevas instantáneas que muestran como su ciudad natal ha cambiado en los últimos años.
Ella misma nos confiesa que, tras haber estado 10 años fuera de Melilla, cuando regresa, se encuentra con una ciudad polarizada y llena de contradicciones que ha normalizado situaciones como la contaminación o la inmigración, y que su válvula de escape para hacer frente a esta nueva realidad, es la fotografía.
Paseando por los escasos 12 quilómetros cuadrados que ocupa la ciudad, es complicado salir a pasear y no recorrer siempre los mismos lugares. No obstante, con el paso de los días y las horas, las situaciones con las que se encuentra Rocío son distintas.
Un día, al salir al amanecer, se encuentra a dos jóvenes migrantes encima de unas rocas observando sin perder detalle, los diferentes buques de carga que van entrando en el puerto de Melilla. Todo apunta a que, pocas horas después, estos jóvenes trataran de alcanzar esos buques para esconderse en alguno de ellos y empezar así su travesía por el mediterráneo hasta llegar, si la suerte les sonríe lo suficiente, con vida a algún puerto de Europa.
Pero, no son los únicos que lo intentarán, sino que serán muchos los que cada día lo harán. Así se refleja en las fotografías, que muestran cómo los jirones de ropa del alambre de espinos han ido variando con el transcurso de las horas.
La realidad es que mientras estos jóvenes migrantes intentan poner rumbo a Europa, muchos de ellos son acogidos en el Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes (CETI) y pasan las horas como pueden en la calle ya sea dando paseos por el parque, haciendo ejercicio o incluso vendiendo pequeñas manufacturas hechas por ellos mismos para sacarse algo de dinero.
Con eso, queda de manifiesto que Melilla se ha convertido en un lugar de paso, una ciudad de transición entre la vida pasada y la vida futura. Lo que no saben es que tal vez, su vida futura puede ser mucho más corta de lo que ellos mismo pueden llegar a creer.
Dejando un poco de lado la inmigración, otro problema con el que se encuentra Melilla y que Rocío ha querido poner de manifiesto en su proyecto fotográfico, es la contaminación. Son varias las imágenes que se incluyen en la exposición en las que se ven latas de refrescos por el suelo abandonadas a su suerte.
Finalmente, para poner el toque más amable y poético a este proyecto fotográfico, Rocío ha capturado las margaritas que crecen por todas partes de la ciudad cuando llega la primavera. La fotógrafa nos confiesa que, en la exposición, le hubiera gustado incluir una pared toda llena de estas bonitas y llamativas flores, sin embargo, las características de sus fotografías no le permiten hacer ampliaciones tan grandes.
Tras este recorrido por la ciudad de Melilla bajo la perspectiva personal de Rocío Madrid, te invitamos a que, si te encuentras en Barcelona, saques tiempo antes del 28 de enero de 2024 y te acerques hasta el Centro de Fotografía KBr de la Fundación Mapfre para poder ver en persona esta increíble exposición.
