Productos innovadores que revolucionaron el mundo del diseño
1. Cafetera Moka Express
Pese a que, en 1802, el francés François Antoine Descroizilles fue el primero en inventarse la primera cafetera de la historia bajo el nombre de “Caféolette”, no fue hasta un siglo más tarde cuando los italianos, lanzan su propia cafetera conocida como “Moka Express”, considerada hoy en día como uno de los diseños de producto más innovadores del mundo.
El causante de todo ello fue Alfonso Bialetti, quien apostó por aprovechar el vapor del agua hirviendo para preparar café, pero a diferencia de los modelos de cafetera anteriores, lo hizo con un sistema de agua bajo presión.
Esta mejora hizo que el café preparado en casa tuviera más aroma e intensidad, equiparándolo a la calidad que tiene el café de máquina preparado en los establecimientos.
¿Una curiosidad sobre la Moka Express?
La mejora que proponía Bialetti con la Moka Express estaba basada en el viejo método de lavar ropa que combinaba el agua hirviendo y un tubo central de recirculación. Bialetti encontró en el recién descubrimiento el aluminio como material idóneo que permitía que las cafeteras tuvieran unas paredes sólidas, pero a la vez también ligeras.
Así pues, la Moka Express fue un diseño de producto innovador que no solo supuso un avance técnico, sino que también fue social, ya que acercó el buen café a un público mayoritario. Asimismo, es considerada como un buen ejemplo de diseño democrático, que logró desviar el malentendido café para todos.
2. Lámpara TMM
En 1959, Miguel Milà creó su primer diseño, la TMC, una lámpara que supuso un cambio radical del concepto de lámpara de pie que se tenía hasta la fecha.
La novedad era que la pantalla de metacrilato cilíndrica no se hallaba en el eje del pie como era habitual, sino que quedaba desplazada hacia un lado, lo que permitía que se pudiera usar como luz para la lectura.
Este diseño no sólo aportó un nuevo concepto de lámpara, sino que además impuso una nueva estética que rompió los esquemas establecidos. Esto le ha hecho convertirse en un diseño colmado de éxito y de premios.
Sin embargo, lo más interesante de este caso es que, a pesar de su éxito inicial, años más tarde, el autor optó por revisar este diseño y dar incluso un paso más allá, creando la TMM. En esta nueva lámpara mantuvo intacto su esencia, pero llevando el concepto hasta su mínima expresión: ‘less is more’.
De este modo, la lámpara TMM se ha convertido en un símbolo de equilibrio entre la utilidad y la estética. Además, se trata de un diseño sencillo de fabricar que se adapta perfectamente a las necesidades del usuario tanto en montaje como en utilización.
3. Perfume Chanel Nº 5
A estas alturas, decir que Coco Chanel era una modista de alta costura avanzada de su época, se queda corto. Fue la responsable de impulsar nuevos códigos de vestimenta a las mujeres que hoy en día aún perduran. Creó una moda cómoda, sencilla y elegante que liberaba no solo el cuerpo de las mujeres sino también sus mentalidades.
En ocasiones, el diseño transforma los hábitos en algo tan cotidiano como vestirse. No obstante, en este artículo destacamos a la modista por su primer perfume. Con el nombre quiso huir de los nombres románticos y lo llamó Nº5, haciendo referencia a que se trataba de la quinta muestra que le había presentado el perfumista Beaux.
Se trató de una apuesta directa y atrevida que quería salir del habitual frasco barroco con adornos dorados. Sería un sobrio paralelepípedo de cristal con un tapón de vidrio y una simple etiqueta blanca con una tipografía negra de palo seco. Tanto su frasco como su estuche rompieron moldes y lograron cambiar las tendencias en los envases de perfumería. Este diseño es un ejemplo de cómo un enfoque racional general una estética propia sin que haya que añadirle nada para distinguirse.
4. Reloj Swatch
En los años 80, los relojes japoneses de bajo coste invadieron el mercado y la industria relojera suiza estaba perdiendo su liderazgo. Nicolas Hayek, director del grupo SMH, comprendió que Suiza no podía limitarse a ofrecer los mejores relojes de alta calidad y se focalizó en el mercado emergente de relojes más populares.
De este modo, en 1983 lanza Swatch, un reloj barato que no pierde su función esencial: la exactitud. Hasta la aparición de Swatch, los relojes eran considerados como un artículo de lujo y marcaban las etapas de la vida: comunión, boda, jubilación… y eran piezas que se transmitían de padres a hijos. Pero el reloj Swatch cambió las cosas: hizo de él un complemento más de los que usamos a diario. Buscó la máxima eficiencia funcional con el mínimo de piezas. Cabe destacar que un reloj Swatch solo tiene 51 piezas en lugar de las 90 que tienen habitualmente los relojes, una simplicidad estructural que permite que su montaje quede totalmente automatizado.
Es un ejemplo de diseño de producto innovador, sobrio y eficaz. Pese a que con el paso de los años la marca Swatch renueva modelos, no mejora el original, ya que sigue siendo el que ha marcado un antes y un después en la industria relojera.
5. Juego de construcción Lego
Desde 1949, Ole Kirk Christianses fabricaba bajo la marca Lego el tradicional juego de construcción con piezas de madera maciza apilables. Sin embargo, la falta de unión que existía entre las piezas de madera no permitía hacer estructuras complejas ni estables: todo se desmoronaba al menor toque, hizo que en 1958, Lego decidiera sustituir la madera de sus piezas por el popular plástico, creando así un nuevo tipo de piezas huecas con unos enganches que permitían unirse entre sí.
De esta forma, Lego se abría paso hacia las infinitas combinaciones, a la vez que estimulaba la creatividad. Porque no nos olvidemos, Lego no es un simple juego de construcción, sino que es mucho más: facilita su uso desde muy temprana edad y origina comunidades en los adultos.