El packaging envuelve algo más que un producto

Recuerdo que, hace años, mientras recorría un museo de Barcelona, de pronto me encontré con un cuadro totalmente en blanco. Lo primero que pensé es “se han equivocado”, pero me fijé con mucha curiosidad y cierta alarma en el título y éste rezaba “Promesa”.

Me reí mucho y a la vez quedé maravillada, me sentí interpelada, porque estaba recorriendo obras expresionistas que en todo caso me transmitían emoción, pero esta obra en blanco estableció un diálogo directo conmigo. Me hizo despertar, en cierta manera, me incitó a reflexionar sobre qué es arte y qué no. ¿Hay arte sin espectador? ¿Puede ser una obra de arte un cuadro en blanco, con sólo un título?

Os cuento todo esto porque he tenido una sensación de reflexión parecida al ojear los trabajos de la asignatura Diseño Gráfico aplicado al Packaging en el contexto del Máster Online en Diseño de Packaging. A fin de cuentas, un buen diseño de packaging te transmite una emoción, pero no es una emoción aleatoria, es la emoción que la marca quiere que tengas al visualizar su producto.

No es un mero baile de colores y formas, hay tras la disposición y elección de lo que ves una intención y un propósito que invita a una reflexión, a un diálogo. Como el cuadro en blanco que era una promesa.

Se me ocurren pocos escenarios más exigentes que las estanterías de un supermercado, en el que las marcas compiten por llamar la atención de su público. Y, además, no sólo tienen que transmitir un mensaje, también tienen que servir a un propósito: envolver el producto.

Es decir, el packaging no es un cuadro en un museo, tiene que llamar la atención y representar a la marca, además de ser claro sobre su contenido, pero también tiene que ser funcional. Por eso me fascina el Packaging, porque es literalmente global, convergen la estrategia de marca, el diseño gráfico, las opciones de envasado y los materiales, todo. Y si me permites, desde SHIFTA también con atención al ecodiseño. Es como “muy mucho”.

Y después de esta última apreciación tan poco formal pero tan expresiva, ahora sí que sí, iniciamos la exposición de un pequeño muestrario centrándonos exclusivamente en uno de los trabajos a los que me refería anteriormente y que nos ha llevado hasta estas elucubraciones.

Celia Escuín, alumna de nuestro Máster Online en Diseño de Packaging, nos presenta varias propuestas para vinos con D.O de la Ribeira Sacra y, por ello, su inteligente punto de partida es el río.

En concreto, la Ribeira Sacra se encuentra entre dos ríos, el Miño y el Sil y es en el valle entre estos dos ríos mencionados donde se emplazan los viñedos de las bodegas del vino que ha creado. Por ello, el naming elegido para su primera propuesta de vino tinto es “Entre ríos”.

A nivel más técnico, nos encontramos con una etiqueta 360º troquelada y el troquel representaría un río. Se trata de un diseño minimalista sobre un papel con textura y de color grisáceo. Celia ha usado color negro y rojo granate y ha mezclado tipografía de serifa para el naming (Abril Fartface Regular) y tipografía palo seco para el texto (Rubik).

En una segunda propuesta para vino tinto, el nombre escogido es “Xacio” y “Xacia”, que significa “hombre pez” y “mujer pez”, respectivamente. El nombre femenino sería designado para el vino blanco. La alumna crea un storytelling alrededor de estos personajes que pertenecen a una leyenda de la zona de la Ribera Sacra.

En este caso, la autora ha optado por ilustraciones tipo grabado en color. Representan al Xacio/a, los personajes medio humano/medio pez que comentábamos anteriormente.

Estos dos seres medio humanos establecen un diálogo cuando están situados juntos en un lineal, lo cual hemos de reconocerle a Celia: es brillante.

Podemos observar cómo ha utilizado en monocromo el color granate para el vino tinto y el verde para el vino blanco, como guiño al color del producto que representa. En referencia a la tipografía, es manuscrita (Atomic Marker) para los namings con la intención de contrastar la ilustración clásica. En el resto de textos se usa tipografía de palo seco (Rubik). Como podemos ver, hay dos etiquetas: una para el frontal y la otra para la parte trasera.

Por último, quiero mostraros una última propuesta de vino blanco que me ha gustado particularmente. Esto es muy personal y puede que la propia alumna piense “pero si la otra propuesta era mejor”. Allá vamos:

Y ahora, una vez que lo habéis visto, como si se tratara de una obra de arte, os voy a transmitir lo que dice la creadora de esta maravilla. Lo primero que nos explica Celia es el naming, “A Xoia” significa “La joya” en gallego. Continúa aclarando que son dos etiquetas compuestas de un tipo de papel con textura que lleva impreso un stamping cobre/dorado y negro.

Tanto en la ilustración como en el naming va un relieve. “La joya” estaría representada por una concha, símbolo gallego, envuelta de una cenefa de hojas de parra — en obvia referencia al vino-. Si nos fijamos, el naming se dispone en vertical, como si fuera el tronco de la viña.

Finalmente, para los amantes de la typo, no podemos dejar de aclarar que la tipografía Abril Fartface regular ha sido elegida para el naming y la Source Serif variable para el resto de textos.

Y hasta aquí esta breve muestra de un ejercicio entregado para la asignatura de “Diseño gráfico aplicado al Packaging”. Estoy impaciente por ver dentro de unos meses los trabajos finales de máster (TFM), si los diseños a estas alturas de programa ya tienen este nivel, todo apunta a que será un éxito. Espero ilusionada las presentaciones que vendrán, con palomitas y con un buen vino, claro.