Un proyecto fotográfico en constante evolución
El proyecto de Malu fue iniciado en 2021 como Trabajo Final de Máster (TFM) y no ha sido completado hasta hace algunas semanas. El desarrollo de este proyecto ha estado muy vinculado a la temporada de competición de los palomos, la cual se realiza entre los meses de enero a junio, ya que en verano se paraliza debido al calor. Este proceso largo y pausado, le ha permitido que el proyecto haya ido evolucionando de un plano más bien ilustrativo a unas fotografías con capas más profundas y simbólicas.
Cada imagen de este proyecto fotográfico ha sido cuidadosamente planificada, un enfoque propio de la fotografía analógica que exige atención al detalle en cada toma. Ningún elemento es casual: todo en las imágenes aporta información valiosa, ya sea de manera implícita o explícita, contribuyendo a la narrativa global del proyecto.
Fotografías que muestran un mundo muy masculinizado
La colombicultura, al ser una práctica tradicionalmente dominada por hombres, plantea un interesante contraste con la perspectiva que Malu aporta. Su proyecto fotográfico, no se centra tanto en la competición en sí, sino que ha optado por mostrar el lado menos visible de esta práctica: la cría y el cuidado de los palomos. Este enfoque revela una relación afectiva entre los hombres y sus animales que no es evidente en los contextos más competitivos.
A pesar de crecer en un entorno familiar en el que la colombicultura estaba presente, Malu nunca había sentido interés en este tema hasta que decidió hacer su TFM sobre ello. Ella misma nos explica que mientras que muchos de los hombres que se dedican a la colombicultura son acompañados a las competiciones por sus hijos, nietos o sobrinos varones para mostrarles la práctica, las niñas que se ven en las competiciones están presentes casi exclusivamente por un tema de conciliación familiar.
Una narrativa fotográfica cargada de emociones
Lo más impactante de “Pan, pijo y habas” es como las fotografías de Malu capturan la dicotomía que existe entre la imagen social que proyectan los hombres que se dedican a la colombicultura, y la relación de amor y cariño que luego estos muestran con los palomos.
Este hecho queda de manifiesto con las fotografías que va tomando Malu a lo largo de todo el proyecto. Mientras que las fotografías donde aparecen los hombres en grupo resultan algo violentas, las fotografías en las que los hombres aparecen solos con sus palomos reflejan una su parte más sensible. Es más, Malu nos cuenta que, gracias a este proyecto, ha conseguido que alguno de los hombres fotografiados le haya confesado que él nunca había llorado a excepción de cuando uno de sus palomos, en aquel que había depositado sus esperanzas para obtener un buen resultado en la competición, ha muerto.
Este tipo de historias desvelan las complejidades emocionales que a menudo permanecen ocultas tras una fachada. Al final, lo que su proyecto fotográfico logra demostrar es que, independientemente de las convenciones , la capacidad y la necesidad de amar es inherente a todos, pese a las complejidades sociales que nos atraviesan.