Las manos generan errores
Uno de los objetivos de la tecnología en las últimas décadas ha sido hacernos la vida más fácil. Nuestras aplicaciones y algoritmos están cada vez más determinados a ahorrarnos tiempo, minimizando nuestras posibilidades de equivocarnos.
Así es como hemos llegado, por ejemplo, a que Gmail nos sugiera la frase ideal para responder un correo, educadamente y sin faltas de ortografía. Y lo que pretendía hacernos más eficaces, nos acaba haciendo también más predecibles e impersonales, en otras palabras, menos creativos.
Por otro lado, las manos -estos artefactos analógicos adheridos a nuestro cuerpo-, nos permiten una variedad infinita de movimientos, con los cuales podemos bailar, manipular o construir, y lo más interesante es que cuentan con una función única, ¡se equivocan!
En efecto, nuestras extremidades superiores cuentan con motricidad fina, acompañada de cierta torpeza. Las manos son propensas a volcar, romper, arrugar, manchar y generar todo tipo de ‘accidentes’ que favorecen el proceso creativo.
Las manos se conectan con el resto del cuerpo
Como seguramente habrás notado, las manos no van por libre, son parte de un sistema más complejo: nuestro cuerpo. Al utilizar las manos, hacemos que otras partes de nuestro cuerpo también se impliquen; los brazos, la columna, nuestros ojos, nuestro cerebro…todo este engranaje perfecto se pone en marcha sin que seamos tan conscientes.
Nuestras manos, además, son el lugar del cuerpo con mayor sensibilidad táctil, especialmente el dedo índice y el meñique. Toda la información que captan a través de la piel es enviada al cerebro, que la procesa y la vuelve a enviar a nuestras manos, haciéndolas más sabias. Se ha descubierto que este flujo de ida y vuelta favorece el desarrollo de nuestras capacidades de descubrir, sopesar y relacionar hechos para encontrar nuevas soluciones.
En definitiva, el simple acto de mover tus manos tiene el poder de activar tu capacidad de ver más allá, de innovar y ser más creativo.
Creativos que utilizan sus manos
Eduardo Chillida, además de utilizar sus manos para esculpir, solía dibujarlas y confesaba hacerlo con su mano izquierda, siendo diestro, para fomentar cierta torpeza creativa.
Frank Gehry, el arquitecto del Guggenheim Bilbao, entre otros edificios emblemáticos, empieza todos sus proyectos con un lápiz y un papel. Su proceso creativo nace de un dibujo -hecho a mano-, que luego se traslada a maquetas de papel arrugado -hechas a mano-, que se acaban convirtiendo en sus particulares edificios (lo cuenta en el documental ‘Apuntes de Frank Gehry’).
Philippe Stark, el reconocido diseñador francés, dice que le sorprenden los resultados a los que puede llegar a través del software, pero confiesa que el lápiz es la única herramienta con la que siente que puede dar rienda suelta a su imaginación.
¿Qué pueden hacer tus manos por ti?
Ahora que sabes que tus manos son tus aliadas creativas, aquí te dejo algunas ideas para que las uses más y mejor:
1. Dedica un momento cada día a hacer algo creativo con tus manos:
construye algo, cose, pinta, haz un collage, cuida tus plantas o dibuja, aunque creas que no se te da bien, ¡eso a tus manos no les importa!
2. Hazte amigo del Sketchnoting:
una técnica que consiste en tomar notas de forma creativa combinando el uso de texto y elementos gráficos (por lo general, dibujos sencillos). Si te interesa el tema te recomiendo mirar la charla de TED de Sunni Brown, Doodlers, unite! También puedes practicar con esta herramienta de Google: Quick Draw que te desafía a dibujar una serie de elementos en 20 segundos para entrenar tu mano. Resulta divertido ver cómo el algoritmo juega contigo a adivinar qué has dibujado.
3. Cuando estés atascado buscando una solución, prueba a dibujarla:
recuerda mantenerte abierto a los posibles imprevistos que puedan aparecer. Incluso puedes provocarlos tú mismo; por ejemplo, dibujando sin mirar el papel o como hacía Chillida, con la mano izquierda.