Diferencia entre interiorista y decorador
Quiero empezar aclarando las diferencias entre un interiorista y un decorador. En realidad, los interioristas no somos decoradores. Algunas interioristas, además, puede que asuman ese papel. Pero el objetivo del decorador, es el de adornar, intentar embellecer una cosa o un sitio (según la RAE), cuando éste ya tiene unas condiciones acabadas; y una interiorista, sin embargo, comienza mucho antes su trabajo, porque interviene en definir cuestiones que afectan a la distribución, los revestimientos y el posicionamiento de instalaciones entre otras decisiones.
Las interioristas, normalmente nos encontramos con un recipiente que un arquitecto ha diseñado y que un ingeniero ha hecho funcionar. En muchas ocasiones, cada uno trabajando de forma casi autónoma y sin contar con el otro. Pero ese es otro tema.
¿Qué hace un interiorista?
Un interiorista desempeña un papel fundamental en el proceso de diseño de espacios, interviniendo en diversos aspectos que influyen en el resultado final de una obra. Sus funciones principales incluyen la conceptualización y planificación de diseños, la selección de materiales, mobiliario y elementos decorativos, así como la coordinación con otros profesionales involucrados en el proyecto. Además, el interiorista se encarga de asegurar que el diseño cumpla con las necesidades y expectativas del cliente, creando ambientes funcionales, estéticos y armoniosos.
Sumando
El diseño de estas esculturas urbanas (los edificios), ya sea por la escala, por la generación del paisaje de la ciudad y por los requerimientos de seguridad que se entienden inherentes a cualquier edificio, requieren de una atención, dedicación y cuidado que muchas veces ve mermado el cariño con el que se trabajan los interiores.
Hay excepciones, por supuesto: desde Gio Ponti, arquitecto, diseñador y artista quien realizó numerosos diseños de muebles, y que abordaba el diseño de los espacios interiores hasta llegar a detalles muy minuciosos.
Mies van der Rohe fue otro, que de la mano de Lilly Reich, llegaron a crear espacios tan sugerentes como la desaparecida Samt und Seide, entre otros. Hasta los más recientes Arquitectura G, donde unas primeras obras muy racionales y funcionales, han ido dejando paso a un estilo muy marcado, que más busca la foto del fin de obra que el confort y calidez del espacio.
Pero probablemente es algo que parta de los requerimientos del cliente, el de buscar una estética muy concreta y masculina, que es parte de su lenguaje.
Escala humana
La interiorista, trabaja la escala que la persona habita. El espacio concreto que recorremos y usamos en los quehaceres cotidianos. Nuestra escala es el cm. Damos valor a las proporciones que toma cada espacio en relación al global de la casa y a las necesidades comentadas con los usuarios.
Además, nos paramos a alinear puertas enfrentadas, dibujamos alzados interiores para hacer coincidir las líneas de las ventanas con otros elementos del diseño, para que el ojo detecte las coincidencias y entienda el detalle…
El encargo
Como interiorista, nos paramos a intentar entender la complejidad de los modos de habitar de cada unidad de moradores finales y evitamos repetir un perfil en masa. Cuando un cliente busca los servicios de un interiorista, sabe que encontrará un profesional que personalizará un espacio arquitectónico bajo unos criterios tanto funcionales como estéticos que estarán pensados exclusivamente para sus necesidades concretas.
La interiorista también aportará en cuanto al concepto general del espacio y sabrá definir materiales, colores y texturas… intentando generar espacios coherentes bajo un solo concepto que se mantenga en todo el proyecto.
Pertenencia
Sobre todo, la interiorista, como objetivo principal debe tener en mente que los moradores finales del espacio reconozcan como propio el espacio que se les diseñe, que la sensación de acogida, sea desde el primer momento de ingreso.
Somos muchas las arquitectas que hemos llegado al mundo del interior queriendo detallar más los espacios y preocupadas por la impersonalización y poca flexibilidad de muchos de los espacios interiores que encontramos en la arquitectura residencial tan masificada de hoy en día.
Pero no sólo arquitectas, también hay aparejadoras, ingenieras, diseñadoras de producto, que disfrutan y ejercen esta profesión con verdades vocación.
Si algo me gustaría que recordarais de este texto, es que nuestro trabajo y nuestra aportación nada tiene que ver con una imagen estética. Sino que el empeño de un interiorista es mucho más profundo y contamina toda la escenografía de la vida cotidiana de los habitantes.
¿Cómo ser interiorista?
Llegados a este punto te ha saltado la curiosidad y quieres ser interiorista, es importante especializarse en el diseño de interiores o disciplinas relacionadas, desarrollando habilidades técnicas en software de diseño, además de adquirir experiencia práctica a través de prácticas en empresa o trabajos en la industria.