¿Qué es el Snack content?

Snacking es el equivalente al picoteo. Si hacemos la analogía digital, este tipo de contenido sería una cápsula breve y apetecible de contenido. El snack content es el contenido diseñado para redes sociales y medios de comunicación digitales con el objetivo de ser consumido y compartido fácilmente por el usuario, en general desde un dispositivo móvil.

Esta disciplina se relaciona estrechamente con el UX Writing, presente en los medios digitales, que tiene como objetivo guiar a los usuarios  de manera concisa, coherente y clara, mejorando la usabilidad y la experiencia del usuario. Si quieres aprender más sobre esta disciplina y desarrollar estrategias de snack content efectivas, con el Postgrado en UX Writing de SHIFTA podrás aprender a dominar los roles del contenido en la experiencia de usuario y crear un marco estratégico aprendiendo los principios heurísticos de usabilidad y psicológicos que influyen en el contenido digital.

El snack content se caracteriza por ser:

El snack content: debe ser rápido y fácil de consumir. Si implica demasiado esfuerzo o tiempo, el usuario puede abandonar a medio camino. Hay que ir al grano, descartar lo que no es relevante y comunicar la esencia del mensaje.

“Principalmente, las personas se preocupan por la duración del contenido porque están valorando la calidad de ese contenido frente al tiempo del que disponen” — Joh Klettke, copywriter.

La marca Lush concentró en apenas 10 palabras y un hashtag el mensaje que querían transmitir en esta campaña que impulsaba reducir el uso de plásticos. Un mensaje claro, conciso y breve, que genera impacto.

El principal objetivo del snack content es captar la atención del usuario que navega a mil por hora entre millones de publicaciones. Para evitar que pase de largo, el mensaje debe transmitirse de manera diferenciadora, innovadora, sorprendente.

Este breve vídeo que la marca RedBull publicó en su perfil de Instagram es un ejemplo. El movimiento, el formato e incluso la música sorprenden al usuario haciéndole vivir la experiencia de una pelota durante el saque en un partido de volley playa.

Cuando un usuario solo dispone de 15 minutos para consultar su móvil, prefiere consumir videos o imágenes. Estos son sus dos formatos preferidos. Además, las imágenes se procesan hasta 60.000 veces más rápido que los textos.

Existen diversos recursos para explicar a través de imágenes una historia: stop motion, ilustraciones, gifs, vídeos… Crear piezas cortas a través de diferentes técnicas nos permite diferenciarnos del resto de contenido. Un ejemplo es esta publicación compartida en el perfil de @nikewomen en Instagram que explica de manera diferente la historia de Brandi Chastain y ese top que cambió su vida.

Existen múltiples posibilidades a la hora de crear snack content pero algunos de los formatos más destacados son:

Las imágenes son el contenido visual por excelencia. Su poder a la hora de transmitir un mensaje en tan solo segundos las convierten en un snack content muy eficaz: las publicaciones con imágenes reciben un 94% más de visitas, según un estudio realizado por MDG Advertising.

Instagram es el paraíso de las imágenes. Miles de perfiles en esta red comparten imágenes o conjuntos de imágenes de gran calidad consiguiendo la interacción de su público. El perfil de GoPro es un buen ejemplo de ello. Las mejores imágenes realizadas con sus cámaras son compartidas a diario trasladándote de la cima del Machu Picchu hasta las mejores playas australianas.

Otro de los formatos estrella del snack content son los vídeos. De nuevo, su capacidad para conectar y provocar la interacción del usuario en redes sociales está más que demostrada. Los posts con vídeo son 3 veces más compartidos que los que tan solo contienen texto, según SEOmoz.

En torno a ellos existe la duda de cuánto deben durar para no perder la atención del usuario y, según un estudio reciente publicado por HubSpot, la recomendación es que no dure más de 2 minutos. En concreto, para cada red social se aconseja una duración diferente:

• Instagram: 30 segundos
• Twitter: 45 segundos
• Facebook: 60 segundos (1 minuto)
• YouTube: 120 segundos (2 minutos)

Cada día vemos a marcas que comparten vídeos breves en redes sociales. Como la marca Lay’s promocionando sus productos, Nike compartiendo el testimonio de alguna deportista de élite o CocaCola buscando la complicidad entre sus usuarios.

Este formato permite resumir conceptos complejos en cuestión de segundos. Según una encuesta publicada en Time, casi dos tercios de los millennials afirmaron que los GIF comunicaban sus pensamientos y sentimientos mejor que las palabras. Esto los convierte en una poderosa estrategia para las empresas que desean dirigirse a este target.

Es el caso de redes sociales, donde el usuario se desplaza rápidamente y puede no verse atraído por un texto o una foto, el movimiento de un GIF sí puede llamar su atención. Un gran ejemplo de cómo utilizar el formato GIF en redes sociales es el de la marca Vue Cinemas. Esta cadena de cines en UK y Países Bajos crea GIFS a partir de clips cortos de películas que literalmente se salen de la publicación de redes sociales sorprendiendo al usuario.

El usuario valora las citas cortas, inspiradoras, o las que le hacen empezar el día con una sonrisa. Según datos analizados en Twitter, después de imágenes y vídeos, las citas son el formato que mayor interacción consigue en la red social incrementando el número de retweets en un 19%. El secreto de este formato recae en que el ingenio del texto, su humor o en su lado emocional consiga conectar con el usuario en un número muy reducido de caracteres.

Una infografía es un excelente formato para exponer de forma sintetizada, visual y muy clara un concepto complejo. A través de este snack content, puedes comunicar de manera efectiva cualquier mensaje. Básicamente, decir mucho en pocas palabras.

Hubspot confirma el poder de captar la atención de este formato y cuantifica el aumento de retweets en un 835% comparado con los posts tradicionales. Dato a tener en cuenta.

Otros formatos de snack contentson los posts en Instagram stories, Boomerangs, fragmentos de podcasts, etc. Las posibilidades son muchas. Solo cabe adaptar el contenido al canal donde queremos compartirlo y según el objetivo.

El snack content, como ya hemos visto, tiene el poder de conectar con el usuario a través del humor, del entretenimiento o de las emociones. Este tipo de contenido es uno de los que mayor interacción genera en redes sociales. El hecho de que sean contenidos fáciles de consumir y compartir incentiva al usuario a visualizar o leer el contenido y, también, compartirlo. No hay nada como ponérselo fácil.

Otro de los beneficios de trabajar con snack content es que nos permite adaptar el contenido a cada canal y tipo de usuarios creando piezas personalizadas que garanticen la mayor interacción posible en cada red social y por tipo de formato.

El lenguaje visual cambia incluso dentro de una misma red social marcando grandes diferencias entre lo que se comparte en el feed de Instagram o en los stories. Utilizar el lenguaje y formato apropiado en cada canal es parte del éxito de este tipo de contenidos.

A pesar de su magia a la hora de conseguir interacción en redes sociales o su capacidad de adaptación al canal, no todo tiene que ser snack content. Depende del objetivo.

Trabaja piezas de snack content cuando quieras llamar la atención de tu usuario y contenidos más extensos cuando el objetivo sea transmitir autoridad y credibilidad sobre una temática más compleja.

Estos contenidos más complejos o artículos en los que queremos tratar una idea en profundidad pueden ser consumidos -también- con facilidad gracias a un diseño flexible y usable que mejore su visibilidad en los diferentes dispositivos.

Para crear una conexión real y duradera entre el usuario y la marca hace falta algo más. Combinar estas piezas de snack content con otras más elaboradas, donde poder mostrar más sobre la propia marca, es nuestra combinación ganadora.

El snack content tienta al lector a consumir más contenido.

Y en esta combinación, el snack content tiene una misión especial: tentar al lector a consumir más contenido. Despertar su interés para derivar tráfico a otros contenidos más extensos como un artículo en el blog o un white paper.

Por ejemplo, creando una imagen con una cita destacada para promocionar un nuevo post en el blog. Por ejemplo, @thebeautymail recoge una de las citas más relevantes de una entrevista mostrando de manera gráfica a la experta y su cita, adjuntando el archivo de audio que la acompaña y derivando tráfico a la entrevista completa de 60 minutos de duración.

Por ello, una vez más, destacamos la importancia de desarrollar la estrategia de contenidos. Esta nos permite planificar la creación de contenidos y listar todos los formatos que podemos necesitar a partir de un único contenido en el momento de su creación: post del blog, imagen para redes sociales, vídeo breve vertical para stories, vídeo para YouTube…

Producir todos los contenidos a la vez permite ser más efectivo y reducir costes, a la vez que sabemos que estamos cubriendo todas las necesidades del usuario ofreciéndole desde los apetecibles snacks al banquete completo.