Sobre diseño social y diseño del valor

Ago 18, 2021 por Marta Pascual

El 29 de junio de este año, se celebró el Día del Diseño industrial bajo el lema Diversidad…en todas sus formas.

Desde el World Industrial Design Day sugerían:

“Animamos a los diseñadores de todo el mundo a que se muestren críticos con sus diseños y reflexionen sobre los pasos que pueden dar para desafiar el statu quo y contribuir a una industria más diversa e inclusiva. Ahora más que nunca, el diseño industrial prioriza la accesibilidad, la asequibilidad, la fiabilidad, la sostenibilidad, el respeto al usuario y al medio ambiente.”

Sustainist Style and Modenist Style

"El diseño para un mundo mejor es el espíritu de la próxima generación de diseñadores"

El diseño para un mundo mejor es el espíritu de la próxima generación de diseñadores, que dan prioridad a las necesidades humanas y logran el equilibrio adecuado entre las personas, el planeta y los beneficios. Los diseñadores industriales que solucionen algunos de nuestros mayores problemas económicos, sociales y medioambientales también tendrán algunas de las oportunidades de crecimiento más lucrativas.”

Cada día, desde hace años, me enfrento al trabajo con esa doble dicotomía. Por un lado, la culpabilidad de aportar al placer del consumo un objeto más, ¿otro más? ¿necesario? y por otro, la necesidad de ser un agente activo de ese equilibrio permanente y cada vez más, diría yo, hasta obligatorio, entre naturaleza, personas y creación/consumo. ¿Es una contradicción o es una unión posible?

Para intentar encontrar soluciones a estas preguntas que me atormentaban a la hora de enfrentarme a un nuevo trabajo, dediqué horas de lectura y de investigación en la búsqueda de proyectos, contenidos, diseñadores y conceptos que me llevaran a focalizar o al menos a intentar encontrar respuestas y soluciones para abordar ese desequilibrio. Todas estas conclusiones que iban obteniendo estaban englobadas dentro del llamado Diseño Social.

Un faro entre la oscuridad: una guía de sostenibilidad

Uno de los libros que comenzó a ponerme en este camino fue “Sustainst Desing Guide. How sharing, localism, connectedness and proporctionality are creating a new agenda for Social Design.” de Michiel Schwarz y Diana Krabbendam. Bisoublisher. Ámsterdam. 2013 en el que se propone una nueva forma de entender el diseño desde un punto de vista “sostenido, local y conectado”. En él, los autores proponen un manifiesto que refleja perfectamente el cambio de rumbo que se propone en el diseño:

En este libro hay grandes ejemplos de diseño social, algunos de ellos son:

  1. Fair phone

Proyecto para fabricar móviles intentando utilizar los menores recursos posibles derivados de los minerales y reciclando la mayoría de las piezas. La idea es crear un ecosistema menos dañino para todos.

  1. Lamon Luther

Compañía americana que diseña y construye edificios con materiales reciclados. Los trabajadores son profesionales artesanos que se convirtieron en personas sin hogar debido a la recesión económica del 2008. Este proyecto, por un lado, recupera materiales y por otro, da un nuevo futuro a los profesionales olvidados.

Podemos hablar entonces de dos tipologías del diseño social:

  • Diseño de productos que resuelvan una necesidad social en un entorno social desfavorecido como por ejemplo la lámpara de energía solar- Little Sun de Olafur Eliasson que busca cambiar la vida de mucha gente por todo el mundo, especialmente en países de desarrollo económico (1.6 mil millones de personas) que se ven limitados al acceso de una buena fuente de luz.
  • Diseño de productos que resuelvan una necesidad, pero dando al objeto en sí mismo un valor añadido, porque en su cadena de producción y diseño se haya aportado un enriquecimiento y una transformación social, como por ejemplo el Proyecto Textil de la empresa catalana Teixidors, entidad social cuya finalidad es lograr la integración y la independencia económica de personas con diversidad funcional intelectual.

El valor como clave del Diseño Social

Por lo tanto, el Diseño Social tiene como característica propia dar VALOR al producto y extender este valor lo máximo posible, a todo el engranaje de diseño y producción de ese objeto. Dar al objeto un significado, más allá de la función, la forma, la usabilidad, la tendencia o los materiales etc. Una de las formas claves para dar este Valor es sin duda la implicación en su desarrollo de agentes comprometidos en una transformación social.

Existen muchos proyectos en los que se da esa trascendencia a los objetos, porque la creación y la producción de los mismos resuelve un problema social, tiene una trascendencia social. Un ejemplo de ello, son los cada vez más numerosos talleres de confección textil formados por trabajadores en riesgo de exclusión social que no sólo resuelven problemas sociales, al dar cobertura a los trabajadores y sus familias, sino que ofrecen una forma de aprendizaje del oficio de patronaje y costura a esos colectivos. Empodera a los trabajadores, ofreciéndoles un futuro.

Uno de los Proyectos de Diseño Social más completos desde mi punto de vista y que sin duda engloba la máxima del diseño social, es el llevado a cabo en Países Bajos, por Petra Janssen y Simone Post, llamado Social Label que comenzó en 2011 a raíz del Huttenfestival de Vlek. Su objetivo es realizar productos para ofrecer a las personas con menos recursos de futuro, posibilidades de desarrollo personal y profesional. Colaboran en cada uno de los productos que desarrollan con diferentes diseñadores como Piet Hein Eek, Studio Rens, o Ilse Crawford y Oscar Peña entre otros que ofrecen sus recursos y experiencias como diseñadores.

Otro de los conceptos que impulsan es MAGNIFICAR el concepto de trabajo, dar al trabajo una connotación de valor añadido, valor social y el de acercar la idea que todas las personas tienen asociado un valor. Presentes en la semana del Diseño de Milán, han sido reconocidos dentro de la Dutch Design Week con su proyecto Hello Human. Todos los proyectos, ponencias y reflexiones se recogen además en una magnífica publicación que se llama SOCIAL LABEL WORK. An Opening book of Designing Labour #2.

Sustainist Style and Modenist Style
Sustainist Style and Modenist Style

Producimos, consumimos, y volvemos a consumir. Aún siendo productos con una trascendencia social… ¿cómo podemos hacerlo de forma consciente? ¿Cómo podemos intentar que consumir signifique algo más? El consumo es inherente al ser humano. Necesitamos consumir para satisfacer necesidades. Esto es además inherente al objeto del diseño.

¿Puede ser el consumo sostenible?

Para crear objetos que satisfagan nuevas necesidades, o que cubran de manera más eficaz las ya existentes. Por lo que consumo y diseño irían de la mano.

Si la sostenibilidad la definimos como la necesidad de cubrir necesidades actuales sin acabar con los recursos futuros, ¿podemos aunar ambos conceptos y admitir que se puede consumir de forma sostenible? Mi respuesta es Sí. No sólo siendo consciente de las necesidades actuales y cómo cubrirlas de forma eficaz sino también al dar VALOR a los objetos, al producirse una transformación social al producirlos nuestro consumo puede adquirir hasta un significado más trascendental y hacer del consumo una acción necesaria para el equilibrio social. Toda esa cadena de trabajo, diseño, producción y consumo puede llegar a cobrar sentido, aportando valor a cada una de esas fases y por tanto a las personas y a la sociedad.

Por lo que, a través de este tipo de consumo de objetos con valor, que transforman nuestra sociedad, podemos dar al consumo una nueva dimensión. Si pensamos que detrás del objeto hay personas, futuros, ilusiones, trabajo, etc. comprar otro cojín más u otra alfombra más, da un valor al OBJETO mucho mayor que al producirlo de forma tradicional, ofreciendo FUTURO y transformando nuestro entorno.

Marta Pascual

Diseñadora especialista en diseño social y sostenible y colaboradora de SHIFTA by Elisava.

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