¿Qué es una marca líquida?
Cuando hablamos de marca líquida nos referimos a aquella que es capaz de adaptarse y moverse a través de los principales canales de comunicación, ahora mismo, los digitales. Son marcas consolidadas que fluyen y reciben los impactos del entorno adaptándose siempre a él. Son capaces de moldearse y sobrevivir sin perder su propia esencia de marca.
Un buen ejemplo a destacar es BBVA. Se trata de una marca que reacciona ágilmente inspirándose en todo lo que es relevante para su público e incluso adapta sus metodologías y procesos internos para lograrlo.
De hecho, ha sido galardonada recientemente con el título a mejor app bancaria mundial, según Forrester Research, la firma de investigación de mercados. Una app que recopila lo mejor de la tecnología adaptándose como un guante a las necesidades de los usuarios más habituados a realizar trámites de manera fácil desde el móvil.
Si hablamos del branding y la estrategia de marca, las marcas líquidas obligan a tener una identidad visual bien construida; un sistema de marca amplio y rico; y un estilo visual y verbal bien definido para que el mensaje sea captado por el público. Todo esto, al final, son herramientas para lo importante: los valores y la personalidad de marca, que son los que crearán experiencias y generarán vínculos con las personas.
Cuando hablamos de branding líquido podemos afirmar que los valores de marca son el elemento clave, aquellos con los que se identifican las personas. Valores que hay que transmitir en cada mensaje: con qué está comprometida la marca, con qué se sensibiliza, qué apoya y qué la mueve para existir.
La publicidad tal y como la conocíamos, la tradicional, que consistía en emitir un mensaje estático una y otra vez, tiene los días contados, ya que estamos en el momento de las historias y del diálogo.
Es por eso que recurrimos a la frase tan mítica de Bruce Lee “Be water my friend” para animar a todas las marcas en el contexto actual de total digitalización a que sean fluidas, flexibles, adaptables y que transmitan su por qué y que lo transmitan en todos los canales que tienen a su alcance.
Hoy en día no vale sólo con ser la mejor marca en un momento concreto
o con tener grandes y buenas ideas. Tenemos que estar en constante evolución y tomar decisiones para no ahogarnos y mantenernos a flote a largo plazo, siendo siempre fiel a lo que representa cada marca pero adaptándonos irremediablemente al entorno.