¿Por qué combinar estilos de decoración?
El motivo es sencillo, ningún estilo por sí solo refleja completamente quiénes somos. Con frecuencia, nuestras preferencias se extienden más allá de una sola estética. Quizá te encanta la calidez del estilo rústico, pero también te atrae la simplicidad del minimalismo; o te identificas con el estilo industrial, pero sientes la necesidad de integrar ciertos elementos bohemios. La combinación de estilos nos permite crear espacios eclécticos con mucha personalidad.
Pasos para combinar estilos
Primer paso: definir un estilo base
Para empezar cualquier proyecto donde se combinen varios estilos, siempre recomiendo partir de una base sólida. Escoger un estilo base no significa que los demás estilos no puedan estar presentes, sino que uno en particular será el hilo conductor.
Por ejemplo, si deseas crear un ambiente moderno, pero con un toque rústico, los elementos principales del diseño (como paredes, suelo y mobiliario) deberían ser de estilo moderno. Así, puedes ir introduciendo detalles rústicos en piezas decorativas, textiles o complementos sin desvirtuar el estilo predominante.
Consejo práctico: elige un estilo con una paleta de colores o materiales compatibles con otros estilos. Por ejemplo, el estilo escandinavo, que utiliza colores neutros y líneas sencillas, se presta a ser complementado por otros estilos, como el boho o incluso el industrial.
Segundo paso: juega con las proporciones
Para que un espacio sea armonioso, no basta con mezclar estilos, sino que debemos encontrar un equilibrio visual entre ellos. La clave es la proporción. Piensa en cada estilo como si fuera un ingrediente en una receta: algunos deben usarse en mayor cantidad, mientras que otros aportan solo un toque.
Consejo práctico: utiliza la “regla 80-20”. Esto significa que el 80% del espacio debe estar dedicado al estilo principal y el otro 20% puede ser una mezcla de otros elementos. Si trabajamos con un estilo industrial, podemos usar ladrillos a la vista, elementos metálicos y muebles de madera desgastada para el 80% del espacio, y añadir detalles decorativos de otros estilos en el 20% restante.
Tercer paso: combina estilos a través de los colores y las texturas
La paleta de colores es esencial a la hora de unir estilos aparentemente opuestos. La cohesión en colores y materiales es fundamental para que el espacio no se vea incongruente. Por ejemplo, un sofá de líneas clásicas en un tono neutro puede combinar de maravilla con cojines de estilo boho en tonos tierra.
Las texturas también juegan un papel importante. Mezclar texturas permite crear contrastes sutiles. Si tienes un sofá moderno de cuero, puedes añadir una manta de lana tejida encima para dar el toque cálido del estilo rústico. En cambio, si trabajas con una base minimalista, jugar con texturas naturales, como maderas claras o tejidos de lino, puede añadir el toque perfecto sin sobrecargar el espacio.
Consejo práctico: utiliza una paleta de colores neutra como base. Después, añade toques de color específicos de cada estilo que estés combinando para lograr la cohesión de la que hablamos.
Estilos que funcionan bien juntos y otros que no tanto
Algunos estilos parecen creados para fusionarse. En cambio, otros pueden ser más difíciles de combinar, y es importante saber reconocer estas sinergias y evitar contrastes que, más que interesantes, resultan discordantes. Eso es lo que vais a aprender en el Máster en Decoración y Estilismo, a combinar adecuadamente los distintos estilos de decoración que existen.
A continuación, vemos algunos estilos de decoración que funcionan bien juntos:
Estilo Escandinavo y Rústico
El estilo escandinavo aporta luminosidad, simplicidad y tonos neutros, mientras que el rústico utiliza tonos tierra e introduce elementos naturales como madera sin tratar y textiles cálidos (lana, lino y algodón), creando una combinación acogedora y minimalista.
Estilo Industrial y Vintage
El estilo industrial tiene una estructura robusta con elementos como el metal, madera envejecida, cuero y el ladrillo a la vista y tonos oscuros, mientras que el vintage añade carácter y nostalgia con piezas únicas de segunda mano y colores pastel. El resultado, un ambiente ecléctico con mucha personalidad en un ambiente urbano y funcional.
Estilo Mediterráneo y Bohemio
El estilo mediterráneo da luminosidad con tonos blancos y azules, junto a materiales naturales como el lino, el ratán y la cerámica, creando un ambiente sereno y fresco. El estilo bohemio le da un toque exótico mediante colores cálidos, texturas variadas y elementos artesanales, como alfombras y cojines estampados. La combinación de ambos estilos da como resultado espacios acogedores y llenos de vida.
Y entre los estilos que son difíciles de combinar estarían:
Minimalismo y Barroco
El minimalismo se basa en la simplicidad y la ausencia de ornamentos, mientras que el barroco es pura opulencia y detalles. Ambos estilos tienen filosofías de diseño tan opuestas que resulta complicado encontrar un punto medio.
Rústico y Glam
El glam se caracteriza por el uso de acabados lujosos y materiales brillantes y sofisticados como el vidrio y el mármol. En cambio, el rústico es más natural y envejecido. Integrar ambos estilos requiere un uso cuidadoso de los materiales y suele funcionar mejor solo en detalles pequeños.
Estilo mediterráneo e Industrial
El estilo mediterráneo es fresco, acogedor y luminoso, mientras que el industrial tiende a utilizar colores oscuros y materiales pesados como el metal. Son estéticas contrastantes y difíciles de fusionar.
Combinar diferentes estilos de decoración es un arte que requiere paciencia, creatividad y un ojo crítico. La clave está en buscar el equilibrio y encontrar un hilo conductor que conecte todos los elementos. Recuerda que los espacios más interesantes no son aquellos que siguen las reglas al pie de la letra, sino los que tienen un toque de originalidad.