¿Cómo mejorar la experiencia de cliente?

May 14, 2024 por Fernanda Rocha y Jon Black

Una experiencia del cliente sin fricciones es aquella que permite a los consumidores satisfacer sus necesidades sin contratiempos ni obstáculos.

Esto no solo mejora la satisfacción del cliente, sino que también potencia la lealtad y la eficiencia operativa.

A continuación, exploramos cómo las empresas pueden diseñar y desarrollar estrategias para mejorar la experiencia de cliente, enfocándose en cuatro atributos clave: confiabilidad, valor, relevancia y confianza.

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¿Por qué es importante la experiencia de cliente?

La experiencia de cliente es crucial porque permite a una empresa destacarse de la competencia, aumentar la satisfacción del cliente y generar mayores ingresos. Si no se toman medidas para identificar y satisfacer las necesidades del cliente, una marca corre el riesgo de perder la comunidad que ha creado en torno a sus productos. Por tanto, invertir en una excelente experiencia del cliente no solo fortalece la lealtad y la retención de los clientes existentes, sino que también atrae a nuevos clientes, impulsando el crecimiento y la sostenibilidad de la empresa.

Tener las habilidades esenciales para identificar las necesidades de los clientes es crucial para crear estrategias efectivas que mejoren su experiencia. En el Posgrado de Customer Experience (CX) de SHIFTA, podrás profundizar en esta disciplina, destacarte como un profesional en el campo y aprender a implementar estrategias integrales.

4 atributos clave para mejorar la experiencia de cliente

Confiabilidad

La confiabilidad es un pilar central para mejorar la experiencia de cliente. Este principio no solo exige que los productos y servicios cumplan con lo prometido en términos de funcionalidad, sin presentar fallos ni defectos, sino que también requiere que las interacciones con el cliente sean consistentemente fluidas y predecibles. Esta confiabilidad se extiende desde el funcionamiento eficaz de un sitio web hasta la exactitud en los tiempos de entrega y la calidad de los servicios ofrecidos.

Tomemos, por ejemplo, una empresa de software que desarrolla aplicaciones multiplataforma. La promesa de compatibilidad y eficiencia en diversos sistemas operativos y dispositivos asegura que los usuarios puedan confiar en que la aplicación funcionará correctamente, independientemente del hardware o software que estén utilizando. Esto no solo mejora la usabilidad, sino que también reduce la posibilidad de frustraciones derivadas de incompatibilidades técnicas, lo que a su vez refuerza la percepción de una marca confiable.

Otro ejemplo claro de confiabilidad se puede observar en el sector de la hostelería, como un restaurante que ofrece un sistema de reservas en línea eficiente. Un sistema que garantiza confirmaciones instantáneas y gestiona adecuadamente la disponibilidad en tiempo real permite a los clientes planificar sus visitas sin temor a errores o malentendidos. Esto elimina barreras innecesarias, haciendo que la
experiencia de reserva sea sencilla y directa.

Para alcanzar un alto nivel de confiabilidad, las empresas deben hacer inversiones significativas en tecnología de punta y sistemas robustos que respalden sus operaciones. Esto incluye la implementación de software que no solo sea poderoso sino también adaptable a las necesidades cambiantes del mercado y de los consumidores. Además, es crucial que el personal esté bien capacitado y equipado para manejar las herramientas y procesos que conforman la columna vertebral de la experiencia del cliente. Esto se extiende a tener un equipo de soporte al cliente que no solo sea capaz de resolver problemas rápidamente, sino que también anticipe problemas potenciales antes de que afecten al usuario.

Finalmente, cada componente de la operación de una empresa debe ser revisado y optimizado regularmente para garantizar que contribuye positivamente a una experiencia del cliente coherente y libre de errores. Esto puede implicar auditorías regulares de los procesos, retroalimentación de los clientes y un compromiso con la mejora continua.

Confiabilidad

Valor

El concepto de valor en la experiencia del cliente abarca mucho más que la mera relación calidad-precio. Se trata de entender y superar las expectativas del cliente en cada interacción, proporcionando soluciones que no solo satisfagan, sino que también deleiten. En un mercado donde los consumidores están más informados y tienen más opciones que nunca, el valor se convierte en un diferenciador crítico que puede impulsar la preferencia de marca y la lealtad del cliente.

Por ejemplo, en el sector del comercio minorista, los programas de fidelidad son una excelente herramienta para mejorar la percepción de valor. Estos programas no solo recompensan a los clientes por sus compras recurrentes mediante descuentos y promociones personalizadas, sino que también ofrecen beneficios exclusivos que pueden incluir envíos gratuitos, acceso anticipado a productos nuevos o experiencias de compra especiales. Estos beneficios hacen que los clientes se sientan valorados y entendidos, lo cual es fundamental para cultivar relaciones duraderas y rentables.

Además, el valor se puede maximizar a través de la personalización, que adapta los productos y servicios a las necesidades individuales de cada cliente. Por ejemplo, una tienda de ropa que ofrece recomendaciones personalizadas basadas en el historial de compras y preferencias del cliente no solo facilita la búsqueda de productos relevantes, sino que también crea una experiencia de compra más íntima y satisfactoria. Esta atención a los detalles personales puede convertir compras ordinarias en experiencias memorables que incrementan la percepción de valor.

Relevancia

La relevancia en la experiencia del cliente es crucial para asegurar que cada producto o servicio no solo cumpla con las necesidades básicas, sino que también responda a las expectativas y preferencias en constante evolución de los consumidores. Esto requiere de una estrategia bien definida de análisis y aplicación de datos, permitiendo una personalización y adaptabilidad en tiempo real.

Como ejemplo podemos usar cualquier plataforma de streaming, consideremos cómo estas utilizan algoritmos avanzados para no solo basarse en las preferencias pasadas, sino también en comportamientos de visualización emergentes, como la hora del día en que se visualiza contenido o la combinación de géneros que el usuario elige. Esta tecnología permite ajustes dinámicos en las recomendaciones, ofreciendo así una experiencia altamente personalizada que retiene al usuario más tiempo y aumenta su satisfacción.

Por otro lado, en el sector financiero, la relevancia se puede ampliar más allá de los productos básicos para incluir servicios personalizados que acompañen al cliente a lo largo de su vida financiera. Un banco podría ofrecer, por ejemplo, programas de ahorro para jóvenes, opciones de inversión para profesionales en etapa de crecimiento y planes de retiro para clientes mayores. Esta estrategia no solo incrementa la utilidad del servicio, sino que también establece una relación de confianza y dependencia a largo plazo.

Además de adaptar productos y servicios, la relevancia también puede ser mejorada mediante la comunicación personalizada. Las empresas pueden usar los datos de los clientes para enviar mensajes y ofertas en los momentos más oportunos. Por ejemplo, si un análisis de datos muestra que ciertos clientes prefieren comprar durante ciertas temporadas o eventos, la empresa puede programar sus campañas de marketing para coincidir precisamente con esos períodos, aumentando así la efectividad de sus esfuerzos.

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Confianza

La confianza es una piedra angular de cualquier relación exitosa entre cliente y empresa, y su importancia se amplifica en el entorno digital y globalizado de hoy. Para fomentar y mantener esta confianza esencial, las empresas deben ir más allá de las expectativas básicas de privacidad y seguridad. La gestión de las expectativas del cliente de manera proactiva y transparente es clave para construir relaciones duraderas.

Otro elemento imprescindible es el enfoque en la transparencia, es crucial que las empresas se esfuercen por ser claras sobre los beneficios y limitaciones de sus productos y servicios. Esto incluye proporcionar descripciones detalladas y precisas, evitar el uso excesivo de jerga técnica que pueda confundir al cliente y ser abiertos acerca de los posibles riesgos. Por ejemplo, si un producto está en fase de prueba o renovación, informar a los clientes sobre esto y explicar cómo podría afectarles muestra respeto por su derecho a tomar decisiones informadas.

En cuanto a la facturación, la claridad es igualmente vital. Debe existir una política estricta de no incorporar cargos ocultos. Todas las tarifas deben ser comunicadas de forma clara y transparente antes de que el cliente se comprometa a una compra. Las facturas deben ser fáciles de entender y disponibles para revisión antes del pago, proporcionando una desglose detallado de todos los cargos. Esto no solo minimiza las sorpresas desagradables, sino que también refuerza la percepción de integridad de la empresa.

El servicio al cliente es otra área crítica para cultivar la confianza. Un equipo de servicio al cliente que sea genuinamente accesible, empático y eficiente puede transformar una experiencia negativa en una positiva, fortaleciendo la lealtad del cliente. Las empresas deben asegurarse de que sus canales de servicio al cliente sean variados y eficientes, incluyendo soporte telefónico, en línea y a través de redes sociales, y que el personal esté bien entrenado para manejar consultas y problemas de manera competente, eficiente y alineada a los valores de sus clientes.

Además, mantener una coherencia en el cumplimiento de promesas es fundamental. Esto significa que si una empresa promete una determinada calidad o tiempo de entrega, debe cumplir con ello de manera consistente. Fallos repetidos en cumplir con las promesas pueden erosionar rápidamente la confianza y disuadir a los clientes de futuras interacciones. Para evitar esto, las empresas deben implementar rigurosos procesos de control de calidad y tener planes de contingencia efectivos para manejar cualquier desviación de lo prometido.

El mapa de experiencia de cliente como herramienta fundamental

El mapa de experiencia de cliente es también una herramienta fundamental para analizar y comprender cada interacción que un cliente tiene con un producto o servicio, desde el primer contacto hasta la post-venta. Utilizando el mapa de recorrido del cliente, se documentan todas las interacciones en las diferentes etapas del recorrido, que incluyen conciencia, consideración, decisión, compra, uso y post-venta. En cada etapa, se detallan las emociones, expectativas, necesidades y posibles frustraciones del cliente, lo cual es crucial para identificar áreas de mejora y oportunidades para crear una experiencia más positiva. Revisarlo y actualizarlo periódicamente es clave para adaptarse a los cambios en el comportamiento del cliente y en el mercado, permitiendo a la empresa ofrecer una experiencia coherente y satisfactoria que fortalezca la lealtad y retención de los clientes, y atraiga a nuevos consumidores.

Como puede observarse, en la búsqueda por mejorar la experiencia del cliente, las empresas no solo enfrentan el desafío de satisfacer necesidades, sino que deben anticiparse a ellas, cultivando un entendimiento profundo de las expectativas del consumidor. Este enfoque proactivo en la confiabilidad, el valor, la relevancia y la confianza no solo mejora la interacción inmediata, sino que también fortalece el tejido de la relación a largo plazo entre el cliente y la marca.

Al final, el arte de mejorar la experiencia de cliente no se trata simplemente de facilitar transacciones, sino de construir experiencias memorables que se convierten en la base de la lealtad y el éxito empresarial sostenido.

Fernanda Rocha y Jon Black

Especialistas en Experiencia del Cliente (CX), fundadores de Blackbot y directores del Posgrado en Customer Experience de SHIFTA.

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