La elección de materiales en el diseño de productos

El resultado final debe ser un producto que cumpla con la función establecida, que pueda emplearse sin problemas y cuya apariencia visual y las sensaciones que evoquen en los usuarios sea positivas. Por ello, la selección de los materiales en el diseño de producto es un factor clave para garantizar el buen funcionamiento del producto, además de que le aporte un carácter personal y distintivo frente a la competencia.

A continuación, presentamos algunos de los materiales de diseño de productos más utilizados, junto con sus aplicaciones más comunes.

La madera es un material versátil y duradero que se lleva empleando desde hace siglos en la fabricación de muebles, utensilios de cocina e incluso de suelos. El hecho que sea un material natural y renovable que cuenta con gran variedad de especies que le dan una estética distinta y unas posibilidades de tallaje infinitas, lo convierten en un material empleado en el diseño de productos.

El plástico es uno de los materiales más utilizados en el diseño de productos debido a su versatilidad, el bajo coste económico y la facilidad de moldearlo. Dentro de la categoría de los plásticos, hay dos tipos de polímeros distintos. Por un lado, están los termoplásticos que son aquellos que con el calor se ablandan o incluso llegan a derretirse. Algunos ejemplos serían el policarbonato (PC), el polietileno (PE), el polipropileno (PP), el poliestireno (PS) o el cloruro de polivinilo (PVC). En contraposición, estarían los plásticos termoestables, cuya característica principal es que con el calor se endurecen. En este segundo grupo de plásticos se encuentran el poliéster (PET), el epoxi o el poliuretano (PU).

El metal es ampliamente conocido no solo por su resistencia y durabilidad, sino también por su maleabilidad y ductilidad. Entre los metales más recurrentes se encuentran el acero inoxidable, el aluminio, el cobre o el titanio. Gracias a todos sus derivados hace que sea un material utilizado en una amplia gama de productos, desde electrodomésticos hasta dispositivos electrónicos, pasando por lámparas, joyas o vehículos.

El cristal es un material frágil que permite refractar y filtrar la luz y cuya capacidad para resistir altas temperaturas lo convierten en un material muy recurrido. El vidrio constituye el tipo de cristal más corriente y es frecuentemente empleado para diseñar productos tales como ventanas, botellas, bombillas o pantallas de dispositivos electrónicos. Asimismo, también existe el cristal de borosilicato que tiene un punto de fusión más elevado que el vidrio, lo que lo hace útil para faros, vasos de laboratorio o bandejas para el horno, entre otros.

La cerámica destaca por su alta conductividad térmica lo que la convierte en un material muy versátil que se utiliza en una amplia gama de productos entre los que se incluyen las baldosas o azulejos, la vajilla, los lavabos y los fregaderos.

Las resinas compuestas como bien indica su nombre, se tratan de materiales artificiales hechos con dos o más polímeros que gracias a sus largas hebras de fibras, son muy rígidas y fuertes. Gracias a su resistencia y durabilidad, hacen que sean un material ideal para piezas de automóviles, muebles e incluso artículos deportivos.

El elastómero es un material elástico y flexible que puede encontrarse tanto de forma natural como sintética y es ampliamente empleado para productos que requieren resistencia al estiramiento y a la compresión como pueden ser los neumáticos, los sellos o las suelas de los zapatos.

Aunque los materiales anteriores son los que más se han ido explotando hasta la fecha, la creciente preocupación por el medio ambiente y los avances de las nuevas tecnologías, se están generando nuevos materiales para diseñar productos, los cuales ofrecen nuevas posibilidades en términos de rendimiento, sostenibilidad y estética. Entre ellos, se pueden encontrar los bioplásticos, los cuales se descomponen de forma natural sin causar daño al medio ambiente; o los materiales inteligentes, caracterizados por ofrecer respuestas diferentes en función de estímulos externos como la luz, el calor o la electricidad.

Independientemente de los diferentes tipos de materiales que existen para diseñar productos, la elección de los materiales se torna en un aspecto fundamental que requiere de conocimientos técnicos y específicos, ya que lo que se pretende es lograr el equilibrio perfecto entre funcionalidad, estética y sostenibilidad.