La fabricación de productos desde el proceso creativo

Abr 09, 2024 por Armando Aguilera

Integrar la manufacturabilidad para optimizar el diseño

Desde el inicio de mi trayectoria profesional, aprendí que como personas y diseñadores, inevitablemente nos equivocaremos en el proceso de creación de un producto. La clave está en equivocarse con la mayor antelación para minimizar la repercusión del error en el proyecto.

Esta repercusión a menudo va más allá de la económica; puede comprometer la eficiencia del producto, su durabilidad, el impacto ambiental o la propia experiencia del usuario, base sobre la que debemos fundamentar nuestro trabajo. Es por ello que, equivocarnos pronto y tomar acción es una práctica que contribuye directamente al éxito de un proyecto a todos los niveles.

Creatividad y viabilidad productiva

Comúnmente el proceso creativo y la resolución técnica se entienden como fases independientes y acotadas, aunque la línea que separa ambos estadios puede ser difusa, y no es extraño ver cómo alcanzada cierta madurez en el proyecto, ambas se entrelazan para aunar la fase conceptual y el proceso de fabricación.

En múltiples ocasiones he podido comprobar cómo en este punto, se producía un impasse en el que los objetivos del proyecto y la viabilidad productiva entraban en conflicto, y surgían problemas que afectan directamente al diseño, debiendo ser resueltos en tiempo récord para cumplir con el timing previsto.

Esto suele afectar principalmente a nivel formal, uno de los pilares fundamentales de nuestro trabajo como diseñadores.

Por ello, es importante que, para minimizar posibles rediseños apresurados o ralentizar el lanzamiento, nos empapemos en la medida de lo posible de los detalles del proceso de fabricación que darán forma a los componentes de nuestro producto. De este modo, podremos tomar decisiones con la antelación suficiente y tener el control del proceso, asegurando que el producto llegue al mercado cumpliendo con las condiciones funcionales y estéticas que teníamos previstas.

Si bien es imposible conocer al detalle todos los procesos de fabricación, informarse sobre ellos antes de formalizar el producto o consultar con nuestros proveedores es una gran estrategia para tomar decisiones de diseño. Esta es una forma más de aplicar la creatividad en nuestro sector: lograr un producto comunicativo, eficiente y estético sin comprometer sus plazos o su desarrollo.

El papel lo permite todo, pero ser conscientes de los condicionantes nos otorgará una ventaja significativa como diseñadores.

El prototipo: nuestro gran aliado en el proceso

Mientras que nuestras ideas están sujetas a interpretaciones y emociones, el prototipo nos muestra una realidad objetiva. Es una herramienta indispensable tanto para definir la experiencia de usuario como para comprender la evolución y viabilidad del proyecto. En etapas de desarrollo, cumple principalmente la función de detectar errores para poder redireccionar nuestro diseño, convirtiéndose en un gran aliado en el objetivo de equivocarnos con la mayor antelación para minimizar la repercusión. Esta herramienta nos permite testar y analizar desde la propia conceptualización del producto, pudiendo realizar incluso modificaciones sobre el propio objeto con tal de reducir el tiempo de comprobación.

Por ello, es importante prototipar cuanto antes y en diversas fases del proceso de diseño para tomar acción. En el libro de metodología Design Thinking “Designpedia: 80 herramientas para construir tus ideas” de Juan Gasca y Rafael Zaragozá, se presentan distintos modelos de prototipado, dependiendo de la fase proyectual en la que nos encontremos:

  • Prototipo para empatizar y para pensar (especialmente útiles en fases de exploración y definición de la experiencia).
  • Prototipos para mostrar y comunicar visualmente nuestra idea, simulando así el resultado final.

Y en estadios más avanzados de creación, el prototipado rápido, el prototipo físico y el funcional nos aportarán información más exacta y precisa de cómo funcionará nuestro producto en el entorno real.

Estas tres últimas tipologías, son especialmente útiles para evaluar la factibilidad de manufactura de nuestro producto. Existen diversas tecnologías de prototipado rápido y fabricación digital, como FDM, SLA, SLS, CNC, Fabricación aditiva de metales… Con multitud de materiales finales o con propiedades físicas muy similares al material definitivo. Las diversas tecnologías disponibles constituyen un gran avance que permiten reducir costes al obtener información antes de llevar el producto a la producción en serie.

Consideraciones en el diseño para la manufacturabilidad

Siempre es un acierto tomarnos un tiempo para reflexionar y enfocar nuestro diseño hacia la mayor síntesis posible con tal de facilitar el proceso de manufactura y gestión del producto.

Tener información sobre las propiedades específicas de los materiales nos permitirá escoger los más adecuados para la funcionalidad, resistencia y aspecto previstos.

Del mismo modo, conocer los procesos de fabricación facilitará la formalización de un diseño que cumpla con los objetivos previstos y permita una óptima resolución (por ejemplo, si necesitamos fabricar mediante inyección de plásticos, favorecer la sencillez del molde mediante la geometría de la pieza es una buena práctica).

Simplificar el ensamblaje y eliminar elementos de unión como tornillería o componentes adicionales cuando sea posible, permitirá una mejor gestión de los residuos, reduciendo el impacto ambiental y favoreciendo el reciclado. Y por último, tener en consideración elementos como el embalaje o la facilitación del transporte tendrá una repercusión positiva tanto a nivel ambiental como logístico y económico.

A menudo, las consideraciones a tener en cuenta se traducen en pequeñas variaciones o detalles del total del proyecto. El reto es lograr un diseño resolutivo y optimizado mediante el proceso de síntesis, sin perder el foco en la resolución del problema y la experiencia de usuario.

La verdadera dificultad, es hacerlo tan sencillo que se dé por obvio.

Armando Aguilera

Diseñador de producto y mentor del Máster en Diseño de Producto y Servicios de SHIFTA.

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