1. ¿Por qué decidiste estudiar arquitectura? ¿Cómo saltaste de la arquitectura al diseño digital?
A los 18 años, me di cuenta que me gustaba la física, las matemáticas y el dibujo técnico, pero que también me atraía mucho la parte creativa, por lo que estuve buscando una carrera que aunara ambas vertientes. Tras estar dudando entre audiovisuales, telecomunicaciones, ingeniería industrial y arquitectura, me decanté por esta última ya que era la que mejor me encajaba.
Después de graduarme en arquitectura en 2017 y completar un máster habilitante durante dos años más, me encontré sin saber qué hacer. A pesar de haber aplicado a diferentes ofertas de empleo relacionadas con mi profesión, me interesé por el UX después de conocer la experiencia positiva de otras personas y saber que algunos arquitectos trabajaban en ello. Al principio era reacio a cambiar de profesión, pero después de informarme y ver las similitudes entre ambas disciplinas, decidí estudiar diseño digital.
Una vez empecé, me di cuenta de que, efectivamente, la arquitectura y el diseño digital tienen muchas similitudes. Tanto la arquitectura como el diseño digital son muy estructurados y tienen detrás una importante parte técnica. Sin embargo, ambas disciplinas también poseen una parte creativa que es muy potente. Únicamente cambian el formato y los medios, pero el proceso de iteración, de repetición, de repensar lo mismo una y otra vez es igual en ambas profesiones.
A día de hoy, estoy muy contento con el cambio que hice y es que considero que, en mi día a día, empleo muchas herramientas aprendidas con la arquitectura y la fotografía y que, todo ese background, me sirve ya que se puede aplicar directamente al mundo del diseño digital.
2. ¿En qué consiste tu trabajo?
Mi tarea, una vez el cliente ha detectado una necesidad, consiste en detectar todos los insights del usuario y del negocio para poder crear un flujo que resuelva esa necesidad. Lo primero que hacemos es hablar con el cliente y hacerle muchas preguntas para entender a fondo la necesidad que tiene, y a partir de ahí poder descartar toda la paja y quedarme con el grano. En esta fase inicial, empleamos diferentes herramientas que nos permiten ver cuál es el problema e ir a su raíz para después determinar junto con los desarrolladores cómo se puede solucionar y cuál es la dificultad técnica de ello. Gracias a las diferentes herramientas de UX, se crea un flujo de pantallas a modo de prototipo para que el desarrollador lo trabaje posteriormente con código y genere el producto digital final.
3. ¿Cuál dirías que ha sido tu mejor proyecto?
Es complicado hablar de un proyecto en concreto, pero si tengo que quedarme con el que me siento más orgulloso es el que hicimos para un banco latinoamericano, el cual necesitaba tanto una app como una herramienta para gestionar de forma autónoma todos los servicios que ofrecían sus clubs, tales como instalaciones deportivas, restaurantes, peluquerías o centros de spa y belleza.
La verdad es que ese proyecto fue muy grande, así como el reto de hacer que todo casase, que funcionara a la perfección y que tanto los usuarios de las instalaciones como los clubs, pudieran emplear la aplicación de forma correcta.
4. ¿Y algún proyecto con el que no te sientas del todo satisfecho? ¿Qué es lo que mejorarías a día de hoy? ¿Qué aprendizajes extraes?
En este caso, tampoco puedo quedarme con uno, porque cuando me inicié en el diseño digital, dedicaba muchos esfuerzos en el UI y dejaba más de lado la parte relativa al UX. Es decir, me quedaba con la parte visual, que es más consumible, más inmediata y más tangible.
Conforme fui haciendo más proyectos, me di cuenta de que era mejor dedicar más tiempo a hacer research, a analizar al usuario, a pensar cómo va a navegar, cómo se comportará, cómo lo empleará y cuál será el rendimiento dedicado a la hora de hacer la acción principal de la web; y una vez la base sea sólida ya se puede empezar con la capa visual.
Además, la parte visual siempre se puede cambiar. Es mucho más complicado cambiar un tema de funcionalidad, una vez está todo montado, lanzado y con una pantalla atractiva, que descubrir este insight en la fase de investigación y tenerlo en cuenta ya desde un inicio.
Reconozco también que enseñar esta parte técnica al cliente es mucho más complicado porque lo que él quiere ver es el diseño de las pantallas desde el primer día, y lo que debemos hacer como profesionales es mostrarles que la parte visual ya llegará, pero que antes es necesario hacer una investigación exhaustiva.
5. 3 referentes que te hayan inspirado o influido en tu proyecto
En el ámbito de la arquitectura, que es lo que conozco de más tiempo y en más profundidad, me quedaría con Le Corbusier, Peter Zumthor o Rem Koolhaas. Si me voy a referentes a nivel de diseño me quedo con los Eames o Dieter Rams. Aunque si me voy al ámbito del diseño de producto, estos referentes serían Máximo Gavete o Nathan Curtis. A este último lo sigo mucho en Medium porque me gusta mucho lo que escribe y de sus artículos siempre extraigo cosas muy valiosas.
Al final no es tanto con la persona sino con las enseñanzas que nos dan. No hace falta que haga una aplicación perfecta para tenerla en cuenta en mis proyectos, sino que me quedo con la idea que hay detrás del proyecto y cómo se aplica.
6. ¿Y qué me dices de la Inteligencia Artificial? ¿Crees que es una amenaza para tu profesión?
Ahora mismo estoy muy fascinado con ella y su potencial de creación, que te da imágenes muy sugerentes en muy pocos segundos. Para mí, se trata de una herramienta muy interesante en estados previos del proceso de diseño para poder hacer tentativas rápidas de diferentes propuestas visuales, no tanto para enseñárselas al cliente sino para valorar otras opciones que posiblemente no te habías planteado.
Con ello, creo que no hay que temerle porque pueda arrebatar tu puesto de trabajo ya que es lo que ha sucedido anteriormente con otros programas de ilustración como Photoshop o Lightroom, que no te sustituyen, sino que modifican tu rol como profesional.
Debemos tomar una posición más dinámica frente a las nuevas tecnologías en general, y ver qué te aportan y cómo se les puede sacar partido para incorporarlas a tu flujo de trabajo. Por ejemplo, ante una aplicación para gente joven que le gusta el deporte, la Inteligencia Artificial puede mostrarte un prototipo de cómo sería a partir de aglutinar todo el contenido de tu base de datos, así como presentarte nuevas sugerencias que pueden ser más complicadas de encontrar en otras fuentes de inspiración como Pinterest o Google Images.
Al final, el diseño necesita un proceso mucho más profundo que las soluciones visuales que aportan la IAs, pero no debemos desdeñar lo positivo que pueden aportarnos dentro de este proceso.
7. ¿Cómo te imaginas el futuro profesional?
Es complicado imaginarse el futuro y los proyectos que vendrán porque todo cambia muy rápido. Lo que sí que tengo claro es que me gustaría estar siempre en la punta de lanza de lo nuevo que se está haciendo. Al final, me encuentro en una profesión en la que no puedes dejar de investigar, de actualizarte y de estar al corriente de las novedades que van saliendo. La conexión con el entorno es indispensable. Pero no solo eso, sino que se trata de ir probando todas las herramientas nuevas que van apareciendo para ver qué hacen y cómo funcionan. Luego ya se verá si las adoptas en tu trabajo o no, pero hay que tener esa ambición de decir yo quiero lo nuevo y lo último, y para ello hay que probarlo, aunque sea para descartarlo posteriormente.
8. ¿Qué consejo le darías a una persona que quiera dedicarse a lo mismo que tú?
Si te gusta el mundo del diseño digital, no dudes en hacer el cambio. No se trata de hacer borrón y cuenta nueva, sino de aprovechar tu background, ya sea de negocios, de psicología o de algo relacionado con la escritura, para aplicarlo a tu nuevo rol. Al final, los conocimientos anteriores te abren mucho la mente, te proporcionan herramientas que luego puedes aplicar a situaciones diferentes e incluso aportan valor a tu trabajo, por lo que, seguro que puedes encontrar un hueco en el que encajes o si no, crearlo tú mismo.
Somos una generación que parece tener el camino muy marcado: primero estudias, luego trabajas, luego mejoras tu posición laboral. No obstante, ahora se han abierto un sinfín de posibilidades: hay muchos caminos por recorrer, por lo que puedes intentar coger uno nuevo y ver si te gusta, no tengas miedo. En caso de que no sea así, siempre puedes volver atrás y volver a empezar.